Octavio Marino Pedoni[1]
El libro que aquí nos convoca, Desde el sujeto racializado. Consideraciones
sobre el pensamiento indianista de Fausto Reinaga (2014)[2] de Carlos Macusaya Cruz[3], se nutre de la obra del
pensador indio Fausto Reinaga (1906-1994) y se escribe a las luces de los
diversos acontecimientos que se vienen dando en Bolivia, desde el 2003 hasta
nuestros días[4].
El autor nos avisa que no es un texto acabado, sino que al versar sobre
cuestiones vivas, con vida, es algo que permanece en movimiento y con
posibilidades de desarrollos ulteriores.
El libro de Macusaya Cruz nos
cuenta que el gran aporte de Fausto Reinaga fue la reconstrucción de los
sentimientos de los indios en Bolivia. Sentimientos que eran la expresión de
siglos de padecimientos de estos sujetos bajo la dominación y explotación de
minorías blancas, y de los q'aras[5]. La reconstrucción de las
vicisitudes de esta historia, brindaría a los indios, como sujetos políticos,
elementos y recursos para criticar y poner en cuestión a la historia contada
por los q'aras. Además de la posibilidad y el sustento para la formación, en
este ejercicio, de una serie de organizaciones indias que tendrían vital
importancia en los tiempos venideros de Bolivia. Entre éstas encontramos al
Partido Indio de Bolivia. Estas organizaciones marcarían el inicio del
indianismo, ante el fracaso del nacionalismo de mediados del siglo XX en
Bolivia. Reinaga tendría un papel destacado en el primer período –formativo–
del indianismo, entre 1960 y 1971, según Macusaya Cruz. Período al cual
coronará con La revolución india en 1970[6] y con la participación en
el VI Congreso Nacional de la Confederación Nacional de Trabajadores Campesinos
de Bolivia (CNTCB) en 1971. Dos años después, según el autor de Desde el sujeto
racializado, con el Manifiesto de Tiahuanaco el discurso indianista sería
domesticado –controlado en su crítica– y la figura del indio como sujeto
político sería desplazada por la del campesino. Macusaya Cruz nos dice,
siguiendo a Esteban Ticona[7], que la producción de
Fausto Reinaga estuvo acompasada por los movimientos sociales que se dieron en
el siglo pasado en Bolivia.
Reinaga escribió teniendo en
cuenta al indio como tema de su reflexión y como destinatario de su obra. Para
Macusaya Cruz esta reflexión fue y es política, y busca interpelar al indio en
su condición de sujeto incluido –mal o bien– en la sociedad boliviana como
campesino. Inclusión que tenía (¿y tiene?) como objetivo invisibilizar y
ocultar la historicidad de la condición del indio. Para esto Fausto Reinaga, en
ocasiones, usa un lenguaje que puede resultar chocante y violento. Pero la idea
es con esas palabras romper las imágenes idealizadas del indio. Macusaya Cruz
cita nuevamente a Ticona para explicar esta posición de Reinaga: “Es la apuesta
de la violencia verbal para descolonizar al indio”[8]. Macusaya Cruz describe
que la intención de Fausto Reinaga era inspirar a los indios, que se
encontraban negados en las sociedades forjadas por los q'aras, y compelerlos a
que se constituyan “en sujeto político”[9]. Antes de cuestionar el
lenguaje de Reinaga hay que pensar que escribe desde las experiencias de
opresión y explotación de los pueblos y naciones indias por parte de los
q'aras. La violencia de las palabras que utiliza él es relativamente pequeña al
lado de la ejercida en más de 500 años por los q'aras. La escritura de Reinaga,
nos advierte Macusaya Cruz, no puede ser considerada indigenista, porque no es
resultado de la imaginación. Por el contrario, Reinaga se encuentra comprendido
dentro del indianismo, él no se imaginó nada, porque él lo vivió y conocía las
posibilidades políticas del indio.
Para Macusaya Cruz en el
indianismo de Fausto Reinaga hay cinco ideas centrales: “a) Sociedades
yuxtapuestas (Dos Bolivias), b) sujeto racializado (indio), c) imperativo
histórico (organización política) d) Revolución del Tercer Mundo (Revolución
India) y e) “contra-historia” (La epopeya india)”[10]. Sociedades yuxtapuestas,
una mestiza y la otra india. Las cuales se encuentran diferenciadas histórica y
políticamente. Diferencias surgidas y consolidadas a través de instituciones en
los tiempos de la Conquista y la Colonia. Un orden naturalizado de correlación
de fuerzas reproducido por el Estado –moderno– en un orden simbólico de colonización.
“[Una] distinción „racial‟, en términos de relaciones de poder, entre quienes
mandan y quienes no”[11]. Dos sociedades que se
contradicen en sus contenidos, pero de las cuales una termina por imponer sus
intereses. El que sufre la imposición es el indio, el sujeto racializado, nos
explica Macusaya Cruz, que es la expresión de una condición histórica. El indio
tiene una identidad impuesta, la cual es representada por los q'aras como
expresión de otra raza –inferior–. Lo que les permite ubicar a los indios
dentro de una jerarquía social y explotarlos. Luego con la Revolución Nacional
en Bolivia, a mediados del siglo pasado, esta justificación sería actualizada
con la identidad de campesino y la constitución de clases sociales. “Reinaga
entiende que: ‘Somos raza antes que clase’”[12]. Es por estas
circunstancias y condiciones que Reinaga considera que los indios deben
organizarse políticamente en un partido indio, para así poder expresar “la
conciencia y la organización de una lucha”[13]. Lucha que ponga en
cuestión y desestabilice la jerarquía racial impuesta. La crítica histórica es
ineludible para mostrar en toda su extensión el pasado indio y ponerlo en
relación al presente, es allí una posibilidad de revolución. “Por eso dice
Reinaga que ‘El indio para ser sujeto de la historia tiene que saber por sobre
todo su propia historia’”[14].
Macusaya Cruz advierte que uno de
los límites en el pensamiento de Fausto Reinaga es el uso del término raza en
sentido biologicista. El cual es utilizado para diferenciar a los indios de los
q'aras, de los mestizos y blancos. También para criticar las pérdidas de
diferencias propias del indio con el mestizaje. Pero que a al momento de pensar
un proyecto político hegemónico desde el indio se constituye en un obstáculo,
que impediría incluir o la participación en este de otro que no fuera indio.
Reinaga con la utilización de raza llega a esencializar al indio, o a lo indio,
y a idealizar cierto pasado de este. Esta apuesta, en su tiempo, se presentaba
como necesaria para revalorizar, levantar la autoestima y movilizar a los
sujetos racializados que eran minorizados por los q'aras. Las limitaciones de
la obra de Reinaga no le quitan poder crítico a su escritura, con el uso
político del término raza. El lector tiene que asumir críticamente a Fausto
Reinaga, contextualizando su obra a su momento de producción y de reproducción.
Resulta significativo trabajar el tema de raza y racialización, sugiere el
autor de Desde el sujeto racializado, porque en estos términos residen
prácticas de poder que se mantienen hasta nuestros días. Aunque ya se haya
desestimado la existencia de razas, en sentido biológico, en la humanidad[15]. El indianismo, para
Macusaya Cruz, es experiencia del trabajo sobre la crítica a la racialización
de los indios. Experiencia a la cual el autor describe como “de politización
básica de la identidad que parte de los sujetos racializados [los indios],
problematizándose tal condición y partiendo de ella”[16].
Repitiendo algo mencionado con
anterioridad, el indio es una condición histórica que surge en los tiempos de
la Conquista y la Colonia. Condición que con sus matices sigue vigente. El
indianismo es denuncia de esto.
“El indianismo al rehacer las representaciones sobre el indio, lo hará
aferrándose, para negarlas, a tales representaciones que el “otro” ha elaborado
y esta actitud lo llevará a una dependencia con respecto de su objeto de
negación. De este modo se entiende que la idealización indianista dependa de
las representaciones negativas que se han elaborado sobre el indio, pues
básicamente trabaja invirtiéndolas”.[17]
La
inversión de la idealización del pasado opera como proceso de constitución del
indio en sujeto político, que viene a poner en cuestión las estructuras
sociales impuestas por los q'aras en las supuestas naciones y sociedades
mestizas modernas. “Fausto Reinaga es una referencia ineludible si se quiere
esclarecer los procesos de politización de identidad “india” en los andes”[18].
Nota: El
presente artículo fue publicado originalmente en la Revista Intersticios, nº 8,
disponible en: http://revistas.unc.edu.ar/index.php/intersticios/index
y su título original es: Desde el sujeto
racializado de Macusaya Cruz: el indio como sujeto político.
[1] El autor es licenciado en
Filosofía (Universidad Católica de Córdoba), mail: kilinmanjaro@gmail.com
[2] Macusaya Cruz, C. (2014), Desde
el sujeto racializado: consideraciones sobre el pensamiento indianista de
Fausto Reinaga [en línea], MINKA, La Paz, (335 pp.), trabajo disponible en:
http://grupo-minka.blogspot.com/2014/12/desde-el-sujeto-racializado.html
[3] Miembro del grupo MINKA (Movimiento Indianista Katarista).
[4] Léase Guerra del Gas, Movimiento al Socialismo, Evo Morales,
Estado Plurinacional y demás.
[5] “Q'ara (u otras variantes dialectales) es el nombre peyorativo con
que los quechuas y aymaras se refieren a los blancos y mestizos. […]
lingüísticamente vinculado con 'pelado' y 'desnudo', tiene que ver con la falta
de cultura andina de estos blancos y también con su falta de ética, que le
lleva a robar y explotar [cualquiera se puede volver q'ara si imita esta
conducta]”. Albó, X. (2002), Pueblos
indios en la política, CIPCA-Plural, La Paz, pág. 80.
[6] Obra en donde Reinaga critica a los intelectuales occidentales y
latinoamericanos por utilizar al indio como objeto de sus enunciados, pero no,
en la mayoría de los casos, pensando desde el sujeto indio y sus
circunstancias. A esa posición la delimitó como indigenista. La revolución india forma parte de la
trilogía política de Fausto Reinaga junto con el Manifiesto del Partido Indio de Bolivia (1970) y la Tesis india (1971).
[7] Ticona Alejo, E. (2006), “Fausto Reinaga, el amawta
descolonizador”, Pukara, nº 6.
[8] Op. Cit. Macusaya Cruz, C., Desde
el sujeto racializado: consideraciones sobre el pensamiento indianista de
Fausto Reinaga, pág. 94.
[9] Ibídem, pág. 95.
[10] Ibídem, pág. 99.
[11] Ibídem, pág. 104.
[12] Ibídem, pág. 211.
[13] Ibídem, pág. 125.
[14] Ibídem, pág. 137.
[15] “Recién en 1945, el antropólogo físico Ashley Montagu recomienda
formalmente a la ONU suprimir el concepto de raza y adoptar el de etnia
para hacer referencia a grupos de población específicos, biológica y
culturalmente diferenciados, descartando a la par la existencia de una
correspondencia racial necesaria, demostrable o relevante que agote y explique
tal tipo de diferenciaciones poblacionales. […] la UNESCO adopta finalmente en 1950
la Declaración sobre las razas y las diferenciaciones raciales”. Briones, C.
(1998), La alteridad del “cuarto mundo”.
Una deconstrucción antropológica de la diferencia, Del Sol, Buenos Aires,
pp. 29-30.
[16] Op. Cit. Macusaya Cruz, C., Desde
el sujeto racializado: consideraciones sobre el pensamiento indianista de
Fausto Reinaga, pág. 297.
[17] Ibídem, pág. 318.
[18] Ibídem, pág. 29.
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