martes, 4 de octubre de 2016

“Descuidos” de García Linera sobre Fausto Reinaga

Por: Carlos Macusaya

[Artículo en abril del 2015 en http://grupo-minka.blogspot.com/ ]

La presentación de las Obras completas de Fausto Reinaga (ayer miércoles, 8-4-15) ha dejado mucho para analizar. Desde el público que se dio cita, la ausencia del gestor del proyecto de tal publicación, las vagas ideas que se vertieron, etc. Con relación a lo último, tratándose de un homenaje (es lo más que se hace sobre Reinaga), era de esperarse que las ideas lanzadas no pasaran de ser vagas y “flores” para Fausto, como una especie de despedida después de un entierro. Pero de todas las participaciones, la que me llamo la atención fue la de Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, quien entre las cosas que dijo, muchas parecían ser un intento (exitoso) de contentar a los presentes.

Sin entrar a detallar los varios pasajes de la intervención de García Linera quiero resaltar que afirmó que mientras él y otros han sido y son simplemente continuadores del pensamiento de otros, Reinaga sería un “iniciador” (como alguien que se haría de la nada, luego de romper con los “occidentales”). Pero en tal afirmación el “vice” omitió (no creo que lo ignore) que Reinaga forja el indianismo con claras y marcadas influencias: el nacionalismo revolucionario; la crítica de Marx a la religión, la idealización indigenista de E. Valcárcel; la idea de Poder Negro, que Reinaga convierte en poder indio, gracias a la influencia de Stokely Carmichel; la idea de formar un partido y la relación de espontaneidad y conciencia por la influencia de Lenin; la critica antioccidental de Franz Fanón (además de otras influencias cercanas a la ciencia-ficción, como el libro El retorno de los brujos de Louis  Pauwels y Jacques  Bergier). Reinaga, como cualquier otro ser terrenal, no hace su pensamiento (indianista o “amautista”) de la nada.

Creo oportuno resaltar algo sobre las influencias en Reinaga. Una de las influencias decisivas en Reinaga, y que se pasa por alto, es la del peruano Guillermo Carnero Hoke. Este personaje es quien termina llevando a Reinaga al “pensamiento amáutico”. Se puede decir que Carnero Hoke es el padre del pachamamismo (no puedo entrar en detalles). El tema es de importancia si consideramos que no solo García Linera, como le expreso en la presentación de las Obras completas…, cree que Reinaga se refiere a la comunidad “india” en su pensamiento; este es un prejuicio generalizado entre los reinaguistas. Cuando Reinaga habla de la comunidad, en su indianismo, se refiere a como los indigenistas pintan el mundo precolonial, y de hecho pone mayor énfasis en el Estado inca que en la comunidad (Su hijo, Ramiro Reynaga, es quien pone acento discursivamente sobre la comunidad); en su decadencia amáutica Reinaga se refiere no ha alguna comunidad “india”, sino la comunidad que el trata de formar a su alrededor (Comunidad India Mundial y Comunidad Amáutica Mundial, ambos proyectos frustrados por el carácter no “comunitario” de Reinaga).

Decía que Carnero Hoke es importante con respecto al pensamiento de Reinaga. En lo que respecta al “indio”, la comunidad y el proyecto de Reinaga, vale la pena resaltar que en carta del 27 de enero de 1971, Fausto le pide ayuda a Carnero para “redondear y precisar” lo que después sería Tesis India. En tal carta Reinaga le pregunta a su amigo Guillermo Carnero: “¿Cuáles han de ser las medidas inmediatas y mediatas que debe tomar el gobierno indio? En otras palabras ¿Qué vamos a hacer con el Poder? Objetivamente y tangiblemente ¿en que consistiría el socialismo cósmico?”[1] Reinaga no estudio la comunidad ni tenía claro lo que sería el “socialismo cósmico”, por ello le pide a Carnero le ayuda a llenar los vacios de su pensamiento.

La respuesta de Carnero muestra que él no estaba en situación muy distinta a la de Reinaga. En carta del 24 de febrero le dice a Reinaga: “Antes del advenimiento maldito de España, el Tawantinsuyu era una colmena de comunidades, al igual que el cuerpo humano, donde todo estaba integrado… ¡Allí esta nuestra fuerza; ahí está el Gobierno, sus planes, todo!”[2] Es como que Carnero le dijera a Reinaga “estoy como tú, no sé bien que sería el socialismo cósmico”. Es decir que la “ayuda” de Carnero para que Reinaga “redondee” la Tesis India fue casi nada. Casi nada porque en definitiva, sí fue algo, pues Reinaga coloca en la Tesis India, siguiendo sus pálidas ideas sobre el gobierno indio y la repuesta de Carnero Hoke, lo siguiente: “Que es el socialismo indio?... El socialismo indio es el socialismo inka”[3], sin entrar en detalles referidos a lo “Que vamos a hacer con el Poder” o sobre en que “Objetivamente y tangiblemente… consistiría el socialismo cósmico”. Reinaga termina sin explicitar aquello que confiaba Carnero le ayude a aclarar y ello porque ambos tenían ideas muy vagas sobre la comunidad (se podría decir que eran más intuiciones).

Pero además del ejemplo anterior, se podría entrar en detalles sobre cómo es que Carnero es quien le “mete” la idea a Reinaga de que “ni Marx ni Lenin son científicos” y de que el “indio es un mensaje” de “los abuelos”. Todo ello, sumado a otros aspectos, llevará a Reinaga a que se pierda en el cosmos de su imaginación. Sin embargo, cuando Reinaga se presenta así mismo, lo hace como alguien que no le debe nada a nadie. Nunca menciona, por ejemplo, la importancia de Carnero Hoke en su “pensamiento amáutico” y en su descalificación infantil a Marx (cabe mencionar que Carnero Hoke es el padre de la idea de que “el indio es la reserva moral del mundo” aunque él lo dijo así: “El indio es la reserva moral de nuestro tiempo”[4], idea desmentida sin mucho esfuerzo por los “indígenas”).

No basta tomar la forma en que Reinaga se presenta a sí mismo (como alguien ajeno a influencias “foráneas u occidentales”), eso el valioso sentimentalmente para un principiante, pero si se quiere ir más allá hay que “desvestir” el pensamiento (y vida) de Reinaga y ver “sus intimidades”. En contra de lo que decía García Linera, en sentido de que Reinaga o es “continuador” sino “iniciador”, se puede decir que Fausto continua con las idealizaciones indigenistas y las lleva al extremo gracias a la influencia de Guillermo Carnero Hoke.

En general, varias de las ideas que Álvaro García sostuvo sobre Reinaga eran más prejuicios y “salidas” a la circunstancia. Claro que esto no debería extrañar, pues parece que García Linera tiene claro que no se puede sacar mucho intelectualmente de Reinaga y lo poco había que estirarlo, forzándolo. Pero el presentar a Reinaga, ante un público donde la mayoría eran “iniciados en reinaguismo”, como un ser que se purifico y así se hizo “autentico” no solo fue un flaco favor a los “indios”, sino que tal forma de presentarlo conduce a que los “indios” busquen imitar lo que supuestamente habría hecho Reinaga. Así se tienen “indios” entretenidos en “purificaciones” en pos de lograr ser “auténticos”, escapando imaginariamente a cualquier influencia “occidental” o “foránea”, por lo tanto se los vuelve “inofensivos” (el canciller Choquehuanca es un patético ejemplo de esto).

Lanzar halagos a Reinaga, presentarlo con adulaciones, conduce a que no se pueda tomar seriamente su obra, tanto en sus aportes, limitaciones y contradicciones. Personalmente creo que lo más lúcido de Reinaga se expresa en sus obras indianistas, lo que no quiere decir que yo crea que se debería tomar esas obras como sagradas. De hecho están plagadas de contrasentidos, confusiones, adjetivos, pero también de perspicacia con respecto al orden racializado en Bolivia. Me atrevo a decir que el más grande aporte de Reinaga fue plantear el problema de la racialización y el papel del “indio” en tal orden social, lo que se hizo en sus libros indianistas; mientras que en su decadencia amáutica, habla del “indio imaginado”. En su indianismo Reinaga presenta situaciones de racialización que tienen que ver con la vida concreta de los “indios”, mientras que en su “amautismo” habla de un indio que no existe más que en su mente (en su etapa amáutica Reinaga tenía relaciones más que tensas con los “indios” y no parece mostrar ningún interés por las “comunidades indias” reales y concretas).

Si bien el vicepresidente no le puso cuidado algunos de los aspectos que acá apunto, tal vez porque no encuentra mayor importancia en la obra de Reinaga, eso no es pretexto para que cerremos los ajos ante tales problemáticas. La mejor forma de homenajear a Reinaga sería tomando en serio su trabajo, es decir siendo sumamente críticos con él, sin descalificarlo ni ensalzarlo a ciegas.

No hay que perder de vista que los homenajes a Reinaga han sido la mejor forma de evitar discutir seriamente su pensamiento (muchos hemos caído en este error), lo que se reprodujo en la presentación de sus Obras completas, a ello se sumo algunas afirmaciones de Álvaro García Linera. Los halagos, que se derraman en abundancia en estos homenajes, suelen silenciar los análisis serios e incisivos. Además, la presentación de las Obras completas de Reinaga pareció el “ultimo adiós” a un incomodo personaje y como en un entierro, quienes tomaron la palabra, recordaron “lo bueno y maravilloso que era el finado”. Reflexión, crítica, análisis, etc., totalmente ausentes. En esta situación urge que otra generación tome la palabra sobre Reinaga.



[1] Fabiola Escárzaga, Fabiola Escárzaga (compilación e introducción), Correspondencia Reinaga-Carnero-Bonfil, Primera edición, Centro de Estudios Andinos y Mesoamericanos (México), Fundación Amáutica Fausto Reinaga (Bolivia), La Paz, 2014, p. 158-159.
[2] Ibid., p. 160-161.
[3] Fausto Reinaga, Tesis India, Edición especial en Homenaje a Fausto Reinaga en el centenario de su Nacimiento, impresiones WA-GUI, La Paz-Bolivia, 2006, p. 84.
[4] Ibid., p. 11.

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