martes, 10 de enero de 2017

Katarismo y Poder Kolla: Propuesta Ideológica y Política.

Fernando Untoja Choque


Introducción

Para preparar una verdadera transformación y dar respuestas claras; es necesario cambiar en las formas de pensar y las formas de aprehensión de nuestra estructura social y económica. El Katarismo es el pensamiento de la afirmación del Kolla Aymara y su concepción nos permite romper con la visión ortodoxa que representa o imagina a Bolivia como una estructura dicotómica donde por un lado hay: indios, indígenas originarios y por otro un mundo de mestizos.

Es conocido que todos los proyectos políticos sean de izquierda o derecha se elaboran a partir de esta dicotomía; la generalización de esta lógica y su registro en la mente de muchos ha producido grupos ideológicos y políticos que se reclamen de “indianistas,” “indigenistas” y por otra lado la dicotomía marcada por prejuicios coloniales y feudales hace que algunos se reclamen de izquierdistas, socialistas y mestizos.

Frente a esta visión dicotómica el pensamiento Katarista plantea la necesidad de otro enfoque para comprender nuestra realidad. Nosotros no pensamos en términos dicotómicos sino en términos de dominancia y dominación Kolla Aymara, si bien la sociedad boliviana es conjunto de estructuras heterogéneas, es incuestionable la dominancia Kolla en el todo el país. Es esta que da identidad a Bolivia; pero los enemigos de la nación Aymara-quechua han presentado a Bolivia como un conjunto formado por "indígena-indios y originarios campesino".

La totalidad socio-económica es un conjunto de estructuras heterogéneas; más precisamente existen tres estructuras, cada una de ellas con lógica propia, la totalidad social y económica, funciona, se reproduce en base a las relaciones que se operan entre las tres estructuras. Si identificamos esas tres estructuras y las relaciones que aseguran el funcionamiento de nuestra sociedad y nuestra economía, podríamos pronunciarnos sobre el carácter de la economía y la mentalidad de los actores sociales y políticos. Nuestro acercamiento toma la figura que podemos llamar de cinematográfico; primero se presenta en términos macro-sociales y panorámicos la presencia de tres estructuras: existen las prácticas del Ayllu, las prácticas feudales y capitalistas. 

Cada una de ellas funciona con una cierta autonomía y lógica propia. Así el Ayllu funciona con el principio de la rivalidad practicada en el comercio por los Kolla en el País, la feudal con el principio de la pertenencia, practicada por las instituciones del Estado Importado; y la capitalista con la lógica de la competencia; es el juego de las tres lógicas que mueve el sistema económico y social.

Cada lógica se mueve con respecto a la otra contigua en sentido opuesto, en ese proceso se genera tres tipos de relaciones de la sociedad: relaciones de yuxtaposición, colisión y articulación. Esta presentación nos permite en un segundo plano comprender la articulación entre el Ayllu y capitalismo, relación en la que el principio liberal adquiere toda su fuerza.

El juego de las estructuras y relaciones, nos permite entender la lógica mercantil y la acumulación del capital en la economía boliviana, donde los actores del ayllu y capitalismo se constituyen en la fuerza motriz del desarrollo económico y social. Este diagnóstico nos muestra las posibles consecuencias de ese juego de relaciones, nos muestra los elementos que se presentan como obstáculos en el desarrollo económico y también los cambios que se generan en la vida económica y social.

La Tesis katarista es mostrar que los Kolla Aymara están en el juego de la articulación entre la economía del Ayllu y el capitalismo, esta articulación es un hecho importante y no sólo aporta fundamentos históricos para la comprensión de los acontecimientos actuales, sino también proporciona los medios positivos y prácticos para hacer frente a numerosas cuestiones, fenómenos y acontecimientos que se producen en estos tiempos.

Mientras los experimentos de la economía estatal, continúan repitiéndose de manera cíclica la fuerza liberal de los ayllus en la economía boliviana se articula con la lógica del capitalismo y esta articulación es la base de un nuevo desarrollo a emprender. Pero muchos marcados por prejuicios teóricos no ven esta gran metamorfosis en la economía boliviana. El desafío no sólo es de comerciantes que empeñados en la acumulación del capital mercantil ocupan todo el territorio boliviano (y más allá de las fronteras), sino es también un desafío intelectual y político para comprender esta metamorfosis; solo así se puede construir proyectos políticos donde el actor principal es y será el Kolla Aymara.

I.- Rivalidad, Pertenencia y competencia.

La economía del Ayllu funciona en base a la rivalidad, es esta la que permitió en el transcurso de la historia la reproducción social y cultural. No es como afirman los “indianistas y los indigenistas” que en la “comunidad indígena” todo es armonía y todo funciona en base a las relaciones de “reciprocidad”, “redistribución” y “complementariedad”. Esta manera imaginar o especular no es nada más que copia de pensamiento del colonizador. Antes los salvajes eran malos ahora es la figura del “buen salvaje” que sirve de mito para oprimir y negar la identidad Kolla-Aymara. 

En la realidad es la relación de rivalidad que juega el motor del potenciamiento económico y de reproducción cultural de los q'amiris contemporáneos, es la rivalidad que impulsa la expansión de los Kolla en todo el país, es la rivalidad que estimula la innovación y la producción de la cultura entendida como fiestas, ritos y ambiciones.

Esta lógica de la rivalidad está vigente con mucha fuerza en nuestros tiempos, pues permite, entrar en el juego de la economía mercantil. Se convierte en la respuesta a los problemas del empleo, de la subsistencia y la decisión para jugar y acumular en el comercio. Pero el desarrollo de la rivalidad como motor de la expansión mercantil, encuentra límites cuando los mercaderes Kolla se ven obstaculizados por las barreras de la estructura feudal como ser el nepotismo, los clanes familiares cobijadas en las instituciones del Estado Importado.

Una segunda estructura es la feudal, si bien ya no existe relación feudal en tanto que pertenencia al feudo territorial; las instituciones y la estructura mental están marcadas y llevan el sello de la lógica de pertenencia a un “feudo”: clanes familiares, roscas, prácticas de nepotismo, corrupción, relaciones feudales en todas las instituciones. 

Entonces el principio que rige esta estructura es la pertenencia. Su movimiento va en sentido contrario a la lógica de rivalidad del Ayllu, por lo tanto produce relaciones de colisión y de yuxtaposición. La lógica de pertenencia también es una barrera para el desarrollo del capitalismo.

Emprender y ser empresario no es fácil para el Kolla Aymara; lo feudal impone desde las instituciones: filtros, selección, preferencia en función del principio de pertenencia; por eso un comerciante, un productor está a la merced de las instituciones burocráticas y leyes de la estructura feudal. La relación es la de yuxtaposición y colisión con respecto al capitalismo.

Por otra parte es innegable la dominancia de la lógica del capitalismo en la economía boliviana, unos y otros compiten para seguir en el mercado, todos están con el dinero, crédito, relación trabajo-capital, comercio interno y externo; está en juego permanente la innovación tecnológica; pero la barrera al desarrollo capitalista es la lógica feudal.

El capitalista que sea comerciante o productor para hacer negocios tiene que pasar por los canales feudales, generalmente la dinámica del capital en Bolivia funciona al ritmo de la lógica feudal; por eso el empresario que no esté ligado al régimen de turno y al favoritismo político no tiene muchas posibilidades de éxito y la situación es peor para el mercader Kolla.

Entonces el Kolla debe definir estrategias para generar su propio empleo, o para la supervivencia. El movimiento de la lógica capitalista va en sentido contrario a la feudal por tanto las relaciones son de yuxtaposición y colisión. En estas relaciones se nota claramente la oposición entre las lógicas de rivalidad y pertenencia, entre pertenencia y competencia, las relaciones de oposición bloquean el funcionamiento de la economía y de la sociedad.

Nuestra lectura encuentra que en la sociedad y la economía boliviana dos lógicas se mueven en el mismo sentido: la rivalidad y la competencia. Es en esa dinámica estructural que se articula el Ayllu y el capitalismo.

Los enfoques economicistas hacen abstracción de las colisiones y articulaciones de estructuras, apuntan generalmente a las consecuencias principales de la economía convencional; antes de observar el cuadro grande, ofrecen un vistazo al panorama macro-económico como ser: Política económica, la política monetaria, los mercados financieros, el papel del oro, las reservas, todas ellas relacionadas ciertamente.

Pero no formulan ni plantean preguntas ¿por qué Bolivia, sigue estancada en su desarrollo? Tampoco dan respuestas a las razones de la expansión de la economía llamada “informal”; últimamente ésta es rebautizada con el nombre de “economía popular”. ¿Entonces dónde están las respuestas políticas y de proyectos de sociedad de parte de los indianistas e indigenistas?

II.- Yuxtaposición, Colisión y articulación

Ahora veamos cómo se generan las relaciones en la sociedad boliviana. Nuestro propósito es doble. En primer lugar, estas ideas fueron objeto de reflexión durante varios años en el desdoblamiento del circulo Katarista-Ayra, ahora queremos presentar las ideas principales desarrolladas con propósitos políticos. Es sobre los fenómenos como la Yuxtaposición, colisión y articulación de estructuras económicas del Ayllu y del capitalismo que el círculo katarista ha explorado la vivencia de nuestra gente en el comercio. 

Cuando nos referimos a la articulación, no solo es la articulación ayllu-capitalismo, sino también la articulación entre la geno y la feno estructura; las dos están y marcan la materialidad y la idealidad en la sociedad.

En segundo lugar reflexionar cómo tales ideas y comportamientos pueden encontrar su camino en la psique boliviana, por eso esto exige en la mente de los kataristas, un minucioso trabajo de replanteamiento de la naturaleza y finalidad de la vida económica y enfrentar un desarrollo. El tiempo dirá si nuestras apreciaciones al respecto están bien fundadas, por ahora lo que nos queda es seguir los pasos de esos hombres y mujeres liberales que arrasan con las fronteras sociales y territoriales y establecen relaciones comerciales en el juego de la rivalidad y competencia.

El espacio social y la maquina económica se caracteriza por la presencia de tres tipos de relaciones: Yuxtaposición, colisión y articulación; es innegable la presencia y existencia de estructuras socio-económicas capitalistas, del mismo modo la permanencia de instituciones feudales; estas dos sellan el funcionamiento de las instituciones generando una relación de colisión entre lo feudal-capitalista. En el espacio socioeconómico el ayllu (la rivalidad) se posiciona frente a dos principios que se reproducen material e idealmente, los mercaderes Kolla actores de esta lógica, entran en el juego de las relaciones hasta establecer la articulación rivalidad y competencia. En este proceso de colisión y articulación de estructuras, el desarrollo económico, político y cultural en el transcurso de la historia no ha sido entendido por los pensadores ni por los actores políticos. Esto hace que un país dotado de todos los recursos como ningún otro en el mundo, siga condenado a la economía de extracción de materias primas, sin poder generar riqueza.

En esta relación de estructuras es la mentalidad e institucionalidad feudal la que no permite el desarrollo económico. La lógica capitalista no encuentra complementariedad institucional. Este desfase marca el dis-funcionamiento económico y un comportamiento curioso de los actores sociales (agentes económicos, actores políticos).

La realidad de la máquina económica es una sola: con la internacionalización del Capital, lo local y lo global están marcados por la lógica del capital, por eso toda forma arcaica, o formas “economía de subsistencia” funciona al ritmo de la relación capital-trabajo. La lógica del Capital no admite relaciones económicas comunitarias ni autonomía de estas últimas. En la realidad lo que se constata es la acumulación del capital forjada por el mercader; desplazamiento y acumulación de fortuna, acaparamiento de la propiedad inmobiliaria,…etc. La realidad muestra que existe desde hace dos o tres décadas la dominación capitalista y esta se articula con la dominancia y las prácticas económicas del Ayllu.

La economía capitalista en su racionalidad y funcionamiento busca siempre el excedente, esto significa que no existe capitalismo sin explotación, no existe ética en la máquina económica capitalista; toda economía obedece a las exigencias de la producción de excedente, esta es la condición de su reproducción y a su vez la reproducción de las condiciones para producir excedente. En el estudio del realismo económico, no solo se debe tomar en cuenta lo social, lo solidario sino sobre todo el problema de la generación de excedente y ver cómo y qué tipo de institución es conveniente y para la economía; la institucionalidad es el elemento ignorado por la economía política y obviamente por las políticas de desarrollo. 

En nuestro país el proceso de desarrollo se ve estancado por falta de reglas claras en la sociedad. La definición de reglas claras es difícil cuando el Estado está en poder de una minoría oligárquica de izquierda, que además convierte al Estado en mercader y hace una competencia desleal a los comerciantes Kolla.

Se escucha y se lee en el discurso maquinal de los marxianos bolivianos que el agotamiento y el fin inminente del capitalismo está cerca, del mismo modo los neoliberales bolivianos que creen en la ineluctable perpetuación del capitalismo dejan de estudiar los fenómenos reales, solo representan formalizaciones y escenarios ajenos a la realidad. En el capitalismo existe la posibilidad de rechazar progresiva y sistemáticamente campos que se convierten en obstáculos a la determinación de la ganancia y la reproducción dinámica de relaciones sociales, para esto necesitamos reglas de juego claras y coherentes y no un Estado mercader.

Para el pensamiento Katarista, es necesario explotar las potencialidades del Kolla en esa articulación del Ayllu y el capitalismo, es ahí donde los actores económicos muestran su fuerza para el desarrollo económico. Este sólo es posible si existe libertad individual, derecho a la propiedad privada y que el Estado deje de administrar cosas de los particulares. Los actores económicos en el Ayllu siempre fueron capaces de administrar sus propiedades mientras que el Estado en Bolivia ha demostrado su incapacidad para enseñar el manejo de la cosa privada. A partir de este contexto y el respectivo análisis, los Kataristas planteamos nuestra propuesta política libertaria para el siglo veinte uno. Una propuesta que sólo sigue y expresa la marcha de afirmación económica y cultural de los Kolla en el continente Sud Americano. 

Desde la visión Katarista, frente a una elite oligárquica corrompida, propugnamos y buscamos que los mejores administren el Estado, que los ciudadanos administren su propiedad en el juego de la relación de rivalidad y capitalismo.

III.- Exigencias y Prioridades Políticas

Una de las exigencias y prioridades es la Libertad. Es prioritaria en el sentido del concepto y acción, la libertad en sí del hombre boliviano-Kolla: sea filosófica, cultural, credo religioso, político, económico, raza o etnia a la que pertenece, toda libertad en el pensar del individuo se traduce en la libertad individual, económica, política y social.

La Libertad individual para los kataristas (Kolla-Aymara) es resultado de la práctica de rivalidad: sin rivalidad no hay libertad individual ni colectiva, sin rivalidad no hay fuerza de lo humano en la sociedad. Los Derechos Individuales del hombre Boliviano están marcados por la práctica de la rivalidad, cuyo límite nos es otro más que el derecho ajeno.

Para el Kolla es importante el Derecho de disponer de su cuerpo del modo en que estime oportuno de manera ilimitada, siempre y cuando no se ejerza coerción sobre otras personas. Por la lógica de la rivalidad el Derecho al egoísmo racional como motor de la creación y la innovación. Derecho a elegir sus propios valores y acciones mediante la razón. Derecho a existir por sí mismo practicando la rivalidad, sin sacrificarse por los demás ni sacrificando a otros para sí y que nadie tenga derecho a obtener valores provenientes de otros recurriendo a la fuerza física. Derecho a la asociación o pactos voluntarios; Derecho a elegir y practicar el credo o religión que más le parezca y Derecho al Ateísmo.

Libertad económica: Sin libertad Económica no existe prosperidad global. Entonces respeto pleno a la propiedad privada (sobre todo la propiedad del trabajo, propiedad legítimamente adquirida la cual es soberana); Libertad de mercado en el marco de los intereses del Estado y la sociedad; derecho a la inserción racional en el proceso de globalización; Fomento y promoción de la inversión privada nacional, y extranjera en todos sus niveles.

Libertada social y política. Sin libertad Política y Social no existe ciudadanía. Convivencia en un Estado de derecho regida por una Constitución, que salvaguarde los derechos inalienables del hombre boliviano, en la que las leyes sean neutrales y universales para fomentar los méritos y que nadie tenga privilegios. Supremacía de una sociedad civil formada por ciudadanos libres y no por súbditos, ni “naciones imaginadas”. Gobierno sin oligarquías (de unos pocos contra la mayoría). Un gobierno compuesto por los mejores. Servidores públicos totalmente obedientes a las leyes, quienes deben rendir cuentas con arreglo a la ley y estar sujeto a la inspección y control constante de los ciudadanos. Estado descentralizado en autonomías y/o federaciones donde existan condiciones.

Por eso para los Kataristas sin la Libertad del ciudadano y de la economía no hay igualdad de oportunidades. No buscamos la “igualdad absoluta o el igualitarismo cándido”, tampoco hacer “iguales a todos”, violando la libertad a nivel individual. El espíritu libertario del Kolla es la garantía para superar los problemas que afrontan algunas sociedades cerradas.

Por lo tanto en vez de plantear una: “una unidad o igualdad en la diversidad” o una “complementariedad de opuestos”, nosotros postulamos: Pasar de la dominancia económica a la hegemonía política. El Poder Kolla no solo es acumular, sino es empoderarnos del Estado y asegurar “la igualdad de oportunidades”. Mediante condiciones materiales y jurídicas que otorgue el Estado, que cada boliviana y boliviana forje su futuro y progreso sobre la base de su propio esfuerzo y trabajo. Dichas condiciones materiales y jurídicas se traducen en: Educación y cultura; Trabajo estable; Salud física y mental; Apoyo a la producción nacional; Seguridad ciudadana; Seguridad y estabilidad Jurídica.

Para los Kataristas Libertarios, la democracia y la práctica de la rivalidad es el respeto a la pluralidad y al debate de ideas y de pensamientos. A partir de la democracia se pueden dar solución a los problemas estructurales y coyunturales detectados anteriormente. Un ejemplo: La concepción Katarista no incluye ni excluye a los bolivianos, todos son actores fundamentales de la actividad económica productiva, todos son actores políticos; lo que cuenta en primer orden es el ciudadano, así pondremos fin a la actual situación de manipulación y control como piezas políticas a supuestos movimientos sociales disfrazados de indígenas indios originarios o campesinos.

Además daremos solución a los problemas estructurales, re-articulando el Estado-Nación y lograr la conformación de un nuevo sector dinámico empresarial. Con lo que crearemos el nuevo sujeto político y económico: Pequeños, medianos y grandes productores de las zonas altas, de los valles y de las zonas bajas con iniciativas de inversión y proyectos de desarrollo económico social.

Los Kataristas Libertarios y la responsabilidad individual y social. Nada de lo anterior será posible si no hacemos prevalecer la responsabilidad Kolla con la patria, responsabilidad con uno mismo, la responsabilidad ideológica, política y social.

Los actores fundamentales en la relación de simultaneidad. Primero son los ciudadanos libres. El poder económico de los Q’amiri Kolla, motor de la rivalidad y de la identidad debe ocupar otros campos a parte del comercio: Sistema financiero, bancario, comercio internacional.

El poder económico Kolla debe establecer relaciones de rivalidad con los empresarios Kolla o no del Oriente, Los emprendedores comerciantes deben dar el salto hacia las actividades productivas y comenzar a jugar en el comercio exterior. Los trabajadores y los trabajadores a cuenta propia en coordinación con los Q’amiri Kolla deben tomar todos los espacios económicos. La clase media y los universitarios e intelectuales, deben producir ciencia, cultura y convertirse en la aristocracia que alimente la identidad Kolla. 

Conclusión

Mientras las estructuras socio-económicas no encuentren un referente institucional y de confianza toda política de desarrollo económico y político se verá reducida en el puro voluntarismo. La población equipada de la rivalidad, toma espacios territoriales, re-territorializa y los convierte en campos económicos y pisos ecológicos; la estrategia de sobrevivencia se convierte en estrategia de acumulación y esta permite la articulación con el Capitalismo.

A pesar de una debilidad institucional, en el campo de la economía y social, el conjunto de transformaciones revela la revitalización de la noción de capital, de eficacia y solidaridad en los Kolla. En economías, como la nuestra, las instituciones feudales restringen y producen un proceso de desintegración de las formas de cooperación, mientras que la estrategia de la acumulación en base a la rivalidad, impulsa una metamorfosis entre las relaciones de producción del Ayllu y el capitalismo.

Los que ignoran esta articulación de la rivalidad Kolla y el capitalismo se refugian en arcaísmos y buscan la “economía comunitaria”, cargan a ésta de grandes bondades (por ahora sirve para el discurso político). Por eso para el pensamiento Katarista, el realismo económico y social exige abrirse al mundo; lo real nos dice, que es tiempo de jugar en el mundo, de crear, innovar. Explotar la fuerza de la articulación Rivalidad y Competencia. Eso es el Poder Kolla en los Andes 


El Alto 7 de Junio 2016

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