Carlos Macusaya
El gobierno “transitorio”, irresponsablemente, ha
priorizado su candidatura en plena crisis sanitaria y, siguiendo su estilo
“antisalvaje”, a priorizado vuelo humanitario para unos (cuando se había
anunciada que se iban a cerrar las fronteras), cerrando las puertas del país
para otros; en ambos casos se trata de ciudadanos bolivianos.
Noten que quienes fueron favorecidos con el “trato
humanitario” venían de Estados Unidos y quienes fueron abandonados por el
gobierno trataban de ingresar al país por una frontera con Chile (debe haber
otros casos, pero no tengo información). Está claro que hay diferencias de
clase, estrato y étnicas, entre el grueso de quienes viajan a uno y otro país.
En esa diferenciación lo “humanitario” del gobierno no alcanzó (hasta el
momento, pero esperemos que esto cambie) para los “otros” ciudadanos
bolivianos.
El gobierno, así sea por la ligereza con la que ha
enfrentado el coronavirus o por su revanchismo (que alimenta su racismo), no
puede “descartar” ciudadanos. Debe afrontar la situación, es su deber, y esas
personas abandonadas también tienen derecho al “trato humanitario” que el
gobierno brinda a otras personas.
Un gobierno que, insisto, ha priorizado su candidatura,
no solo no genera confianza ante lo que pueda suceder con la crisis sanitaria,
sino que siembra dudas sobre su proceder, sobre lo que hace y sobre lo que
dice. ¿Serán ciertas las cifras oficiales sobre los contagios? Es difícil creer
en los datos de un gobierno que está calculando réditos electorales, un
gobierno que se ha estado ocupando de maquillar su imagen.
El ministro Murillo, en sus distintas apariciones
mediáticas, con sus amenazas y actitudes se ha expuesto como alguien infectado
de rabia y odio, pero creo que no solo fue eso. También, me parece, se mostró
como alguien desesperado ante algo que al gobierno se le fue de las manos.
Tal vez, desde hace varios días, los “transitorios”
gobernantes en campaña han estado pensado en cómo decir que las cosas no eran
como ellos las pintaban. Ya dan señales de ello…
La candidatura de Añez, insisto, ha infectado la
lucha contra el coronavirus. La seriedad con la que se tomó el problema y la
priorización electoral se vieron, por ejemplo, en la foto que se sacó Bonny
Lovy saludándose de codo: un pretexto para hacer campaña electoral.
Hacer campaña y enfrentar la crisis sanitaria no pueden estar JUNTOS en
un gobierno. Ya hemos visto que el priorizar una campaña ha condicionado, de
modo muy negativo, el cómo se ha enfrentado la crisis sanitaria.
Señora Añez, la salud de los habitantes de este país está por sobre su
candidatura.
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