Por Carlos Macusaya
Jeanine Añez, el 30 de abril,
publicó en su cuenta de Twitter: “En defensa de la vida y la salud de los
bolivianos, rechazo las elecciones que ha convocado el MAS. Hay que hacer
elecciones cuando no sean un riesgo de salud. La salud es primero”.
A estas alturas del partido sus
palabras son más que cínicas. La salud no ha sido primero para su gobierno. La
salud es pretexto para prorrogarse en el poder.
Ya en marzo varios médicos protestaban
por la falta de equipos de bioseguridad y capacitación para enfrentar el Covid-19;
pero el gobierno los descalificaba tildando esas protestas de “políticas”. Hace
varios días gremios de médicos denunciaban “menosprecio y dedocracia”. Entonces,
¿la salud es primero?
El 22 de abril salía una nota en
Pagina Siete (medio que se esforzó por dale estabilidad al gobierno de Añez) en
la que se resaltaba que “Bolivia es el país de la región que menos pruebas
realiza”, pruebas de Covid-19. Ese mismo medio, unos días después (6 de abril),
publicaba una nota titulada “En el sistema estatal no hay rastros de compras de
salud para la crisis”. Claro, con menos pruebas, menos casos en los papeles, lo
cual solo es cálculo político: “así parecen ser eficaces en la lucha contra el
Covid-19”. Pura apariencia a costa de la salud de la ciudadanía. Entonces, ¿la
salud es primero?
No hay que olvidar los “vuelos de
bendición” en helicópteros de la F.F. A.A., que habrían costado no menos de $us
15.000 (Pagina Siete, 29/04/20). Esta payasada no vino sola, pues a Jeanine
Añez se le ocurrió llamar a ayunar y rezar para derrotar al coronavirus. ¿La
salud primero?
Además, el hijo de la diputada
Ginna Torres vino a La Paz desde Tarija, en un avión de la Fuerza Aérea de
Bolivia, al cumpleaños de la hija de la “sacrificada” Añez. Este hecho, que
muestra el mal estado del Estado en manos de quienes hoy gobiernan, ha sido
justificado, en un acto de alcahuetaje infinito, por Arturo Murillo.
No se tuvo la misma consideración
con bolivianos varados en la frontera con Chile. Incluso Longaric, para justificar
la inoperancia deliberada del gobierno al respecto, dijo que Bolivia era un país
pobre. Pero Bolivia no parece ser un país pobre cuando se trata de “ayudar” al
hijo de una amiga de Añez.
La pobreza es un pretexto para
desentenderse de las responsabilidades gubernamentales con cierta población. Aunque
la pobreza suele ser olvidada por los mismos socios políticos del gobierno, por
ejemplo, cuando se trata de contratar un hotel de lujo.
Volviendo a “La salud es primero”,
es bueno recordar que el gobierno priorizó incrementar el salario de los policías
mediante el D.S. 4202. Fue más importante para Añez que las F.F.A.A. y la
Policía puedan hacer compras de armas de manera confidencial (Opinión,
09/03/20).
Se podrían señalar otros hechos que
muestran que eso de “La salud es primero” es pura cháchara. A este gobierno no
le interesa la salud de los bolivianos, en
especial de los bolivianos “salvajes”; le interesa prorrogase.
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