lunes, 3 de abril de 2017

Expone: Movimiento Indio Tupaj Katari (MITKA)*


El Movimiento Indio Tupak Katari se fundó porque, a lo largo de la vida republicana, no ha habido un ente político que expresara y representara los intereses y anhelos de las nacionalidades nativas.

Desde nuestro punto de vista la República de Bolivia es una prolongación de la Colonia Española con otro ropaje jurídico-político-administrativo que escamoteo la victoria de la guerra de la Independencia. Los realistas de antiayer se convirtieron en los republicanos de ayer y sentaron las bases de una explotación y opresión más despiadada y sin los frenos de la Corona Española. Los caudillos políticos civiles y militares, letrados o iletrados y los partidos que les suceden en el ejercicio del poder son la sombra y proyección de la imagen de Pizarro y Almagro que impulsados por la misma ambición y codicia fueron ensangrentando nuestro territorio. Las ideologías enarboladas no era otra cosa que velos mentales e ideaciones que cubrían y encubrían la misma pasión y motivación. El cristianismo, el liberalismo, el nacionalismo y todo otro ismo fueron palabras  sistematizadas que han apuntalado el feudalismo como expresión republicana del Repartimiento y las Encomiendas coloniales.

En realidad nuestro Movimiento constituye la institucionalización política moderna de un movimiento antiguo iniciado desde el asesinato del Inca Atahuallpa. La rebelión y la resistencia continuó y continúa desde entonces para liberar a los pueblos de las naciones subyugadas porque se les arrebato su independencia y soberanía. A lo largo del tiempo y a lo ancho de nuestro territorio se han librado numerosas más batallas de una guerra inconclusa en la que se ofrendan cientos de miles de vidas de seres humanos. Al influjo y con el impulso de esa lucha fue posible la independencia de Bolivia porque si en 1.780 no se daba la sublevación de Tupaj Katari, no habría estallado la guerra de la independencia en 1.809 y, en consecuencia, no habría habido un 6 de agosto de 1.825. Para la nueva república se estructuro con representantes que carecían de representatividad o que solo representaban a una casta o población minoritaria dispuesta a usufructuar la victoria de la guerra. Ellos constitucionalizaron su etnocentrismo y racismo erigiendo la cultura hispana como la cultura oficial del Estado Boliviano. Así impusieron la dictadura cultural y la tiranía lingüística que sumió en el silencio y acallo brutalmente al 80 % de la población total. Esto determino un estatus político-administrativo que facilitó la opresión política, al marginamiento social, y la explotación económica de las nacionalidades nativas mayoritarias, pero poseedoras de otra cultura y de diferentes idiomas

NACIONALISMO Y COLONIAJE

Esta estructura racista y alienante del Estado boliviano ha generado con el tiempo una ciudadanía enferma de racismo, clasismo, regionalismo partidismo y caudillismo. Estos rasgos caracterológicos, temperamentales y actitudinales del boliviano medio, han hecho imposible una sociedad solidaria, fraternal y comunitaria, unida y fuerte. Por eso Bolivia no pudo ni puede resistir los embates bélicos, ideológicos y económicos que le han causado el cercenamiento, el enclaustramiento, la frustración y la miseria. Esa misma estructura constitucional descorrió el telón de un escenario político donde se mueven las caretas ideológicas de los mismos personajes que ofrecen espectáculos tragicómicos. Se los ha escuchado y aun se los escucha hablar de ‘democracia’ como a los filósofos griegos se los escuchaba perorar de democracia en medio de una masa de esclavos.

Dentro de ese marco general ha surgido también el nacionalismo que para nosotros que para nosotros constituye una expresión más de colonialismo. El colonialismo latinoamericano que coloniza a Indoamérica. Ayer en la Argentina hoy en el Brasil, Latinoamérica con tecnología norteamericana oprime y suprime a Indoamérica. Ahora, a la hora nona, cuando Latinoamérica se siente discriminada y oprimida, cínicamente le propone alianza y le pide ayuda a Indoamérica para luchar contra el imperialismo yanqui. Nosotros estamos de acuerdo con la liberación nacional, pero vemos que un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser libre.

Indoamérica está bajo doble presión, el colonialismo latinoamericano interno y el imperialismo norteamericano externo.

El nacionalismo boliviano es la manifestación local del nacionalismo latinoamericano. Constituye pura ideología porque no hay tal Nación boliviana. Esta es una ficción y una aspiración que las elites opresoras tratan de forjar mediante la integración nacional basada en la desintegración de las naciones nativas. Este nacionalismo desnacionalizante ha montado altares cívicos con símbolos, emblemas y héroes con el fin de forjar una mística histórica que más parece una mistificación histórica que oculta la brutal realidad del lento genocidio físico y cultural de las naciones nativas. Este nacionalismo de moda es la forma almibarada de políticas etnocidas bien financiadas con el Presupuesto Nacional so pretexto de desarrollo económico, progreso, civilización, etc., con el cautivante pretexto de culturización de implementan planes de aculturación masiva con el consiguiente resultado de despersonalización cultural y disolución de la consciencia colectiva histórica. Pero para Bolivia esto resulta suicida porque está visto que pueblos despersonalizados y aculturados no pueden constituir naciones dignas, integradas psicológicamente y robustas económicamente.

El nacionalismo colonialista es el común denominador de partidos de larga y corta trayectoria. En consecuencia, todos adolecen de estas limitaciones y condicionamientos mentales que maravillan a propios y extraños por la admirable contradicción entre postulados y resultados.

Después de cuatro siglos de nacionalismo en el poder, todavía no estamos muy seguros a qué nacionalismo se refiere ese nacionalismo porque lo único que prospera y disfruta en el sistema son las colonias extranjeras.

ASPECTOS DOCTRINALES

Adecuándose a la limitación de espacio diremos que el Movimiento Indio Tupaj Katari tiene el indianismo como base ideológica. El indianismo es una ideología constituida por el aporte de centenares de científicos de toda nacionalidad que desde diferentes ramas del saber y a través de sus investigaciones han aportado al esclarecimiento de la realidad humana e histórica. En efecto, la arqueología, la antropología, la psicología social, la lingüística, la historiografía, etc., han estudiado este continente y, al hacerlo, han desenterrado templos, palacios, desentrañando misterios, interpretando acontecimientos y así han hecho aflorar una conciencia histórica y un pensamiento milenario que ahora tratamos de restaurar con criterio practico y visión futurista. Pedimos a la opinión pública no confundir indianismo con reinaguismo porque sería tan burdo con confundir arte con comercialización del arte.

Hay un aspecto especial del indianismo. No es solo un pensamiento sino también un sentimiento y hasta un instinto.

Se parece a la diablada. No se enseña en los colegios ni en las academias ni en las universidades. Emergió en las entrañas de la tierra y se expresó a través de un pueblo soterrado. Sin embargo, es una manifestación coreográfica que atrae la admiración por su vitalidad y originalidad. Las elites intelectuales y sociales de Bolivia no saben bilarlo pero el pueblo sí. Así al indianismo, las elites no la aprecian, pero las naciones nativas lo expresan con su silencio.

Filosóficamente, el indianismo está más allá del materialismo y del espiritualismo porque de acuerdo al pensamiento americano tradicional, materia y espíritu son la expresión de una misma y única realidad. No rechazamos el pensamiento ni la conceptualización, pero afirmamos más la vida. La vida en comunión con la naturaleza como forma de civilización y cultura. En nuestra cultura no hay libros, (Biblia, Corán, Vedas, Capital), no hay letra porque lo importante es la vida.

El único libro es la creación donde están escritos el pensamiento y la vida del creador.

La sociología política del indianismo afirma y sostiene que la lucha de clases no es el único motor de la historia. Para nuestra historia concreta, primero está la lucha de naciones: las oprimidas contra las opresoras. Nosotros no reclamamos solamente mayor bienestar económico. No interesa fundamentalmente la reconquista de nuestra soberanía política usurpada a la que como naciones tenemos derechos. Por eso enarbolamos la wiphala de las naciones y no sólo las banderas de clase.

Rechazamos tanto el liberalismo capitalista, egoísta e individualista como el socialismo estatista y colectivista. Postulamos, en cambio, el comunitarismo socio-económico como canal de realización de la dimensión social de la persona humana.

Políticamente, afirmamos que la única fuente legitima de poder político debe ser la voluntad del pueblo expresada democráticamente a través de elecciones limpias que reflejen el sentir y el pensar de los pueblos. El pluralismo partidario e institucional es otra premisa básica de nuestra de nuestra concepción política.

Históricamente, tanto el comunitarismo social como la democracia política modernos tienen sus raíces en la cultura americana precolombina. Comunitarismo democrático es la esencia de nuestra historia. Postulamos un Estado boliviano basado en la confederación de sus naciones que libre y voluntaria mente conformen una Estado Plurinacional y Pluricultural. Solamente así se desencadenaran las energías creadoras y los impulsos sociales de pueblos que reeditaran hazañas.

POGRAMA DE ACCION

Generalmente los programas de gobierno son letra muerta. Las cosas se hacen porque hay necesidades inmediatas e intereses de clase y de partido no confesados por inconfesables. Ya nadie cree en los planes visibles y todos se preguntan por los planes no publicados. Nosotros nos limitamos por ahora a anunciar una revolución agrícola que será el eje de transformaciones socio-económicas, político-administrativa en función de objetivos básicos de fortalecimiento nacional de todos los pueblos de Bolivia. Sin improvisación, pero con previsión llevaremos adelante una revolución tecnológica, administrativa, social y económica que nos habilite frente a los desafíos de un mundo en crisis.

DIFERENCIA CON GRUPOS AFINES

MITKA NO tiene afines entre los grupos tradicionales. Los otros movimientos Tupaj Kataristas si son tales, son carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre. Las diferencias entre nosotros no son sustanciales y hacen referencia a táctica o estrategia de lucha y a énfasis en distintos postulados. En realidad la participación de movimientos Kataristas obedece al sentido y voluntad pluralista que ánima nuestra pensar y actuar político. Por ahora nos limitamos a alertarlos respecto de las manipulaciones de partidos que todavía están pensando en el pongueaje político, valiéndose del pongueaje ideológico y de la corrupción moral. Nosotros no olvidaremos como nuestro cuerpo social histórico se ha desangrado por las luchas intestinas provocadas, equipadas y capitaneadas por el caudillo criollo. Laimes y Jucumanis, cliceños contra ucureños se enfrentaron, como antes aymaras contra quechuas al servicio de liberales contra conservadores.

NUESTRA VISIÓN

No obstante que el 80 por ciento de la economía está en manos del Estado, aquí no hay ni socialismo de Estado ni capitalismo de Estado. Entonces… ¿qué hay?. La estructura real del sistema vigente es del Estatismo Burocrático, secante y paralizante basado y alentado por un burocratismo parasitario y presupuestívoro que cual mafias pizarristas y almagristas se han repartido el botín de la administración pública para servirse del pueblo, exprimirlo y oprimirlo con toda clase de tributos, multas, exacciones, despojos, depredaciones, confiscaciones, incautaciones. Estas mafias constituyen las mafias burocráticas nacionalistas de todo cuño que manejan con la mayor impunidad los ingresos y los gastos públicos. Ese burocratismo parasitario es la epidemia de todas nuestras Instituciones. El ejército, la administración pública y todos los entes sociales están afectados de esta lepra que amenaza dejar en huesos Bolivia.

Corresponde rescatar a nuestras instituciones de ese mal antes de que sea tarde. Los pueblos nativos, el pueblo indio es la victima que gime, suda y sangra bajo este sistema, alimentando el trapiche social que la burguesía entreguista y servil se encarga de convertir en dinero, poder y placer. El pueblo aymara, quechua, guaraní, camba, chapaco, guarayo, movima y todos los pueblos nativos son las víctimas del Estado Estatista Burocrático. En su variante campesina, minera, obrera: como constructor, agricultor, artesano, el pueblo indio ha subvencionado el costo y el standard de vida de la clase opresora. Paralelamente, mientras imponen precios ridículos a la producción agraria, sueldos miserables a los mineros, salarios de hambre a los obreros; en el exterior enarbolan nuestros harapos, exhiben nuestra desnutrición, esgrimen nuestra ignorancia para obtener préstamos astronómicos que luego se dilapidan e invierten en proyectos dudosos por medio de negociaciones misteriosas. Así han depauperado el país y debilitado de tal modo que Bolivia tambalea peligrosamente por la pésima conducción política, la calamitosa organización social y el escandaloso manejo de la economía nacional.

Ante esta dramática urgencia y necesidad, surge el Movimiento Indio Tupaj Katari como respuesta política histórica, con el alarido de un cuerpo social herido, como grito de un pueblo oprimido, como voz que clama en el altiplano, valles y llanuras reclamando un poco de sentido común, de responsabilidad patriótica y de sensibilidad humana; surge, en fin, como clarín de esperanza que, en esta oscura hora, anuncia la alborada. Bolivia cuenta la riqueza y variedad de sus recursos naturales, pero tiene además la suerte de contar con la riqueza y variedad de sus pueblos: el gran pueblo aymara, el gran pueblo quechua, el gran pueblo camba y los demás dignos, heroicos y ejemplares pueblos nativos. Desde esta prodigiosa tierra y con estos admirables pueblos, el HOMBRE habrá escrito desde Bolivia las más grandiosas páginas de la historia de la humanidad y de la cultura. Boliviano… ¡DESPIERTA!

Por el Comité de Prensa
Isidoro Copa Cayo


* Este texto fue publicado originalmente en PRESENCIA, Tribuna política, 23 de mayo, 1978

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